Mike Earle a comienzos de año, daba a conocer el renacimiento del proyecto deportivo de Onyx Grand Prix y que consistía en continuar el proyecto en el WTCC, aprovechando el cierra de su proyecto anterior, Arena Motorsport.
El programa era muy interesante, ya que contaba con un desarrollo de cinco años y la evolución de un vehículo bajo la nueva reglamentación TC1 S2000.
El objetivo era armar un Ford Fiesta sedan que se vende en el mercado de Estados Unidos. El punto era que Onyx necesitaba la autorización de Ford para armar dicho coche, a pesar de no dar su apoyo como marca, y finalmente Ford dijo no.
Dado esa traba, Onyx no ha podido seguir adelante y ve truncada su opción de inserción en el WTCC.
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