A esta altura del partido, es poco lo que se puede decir sobre la pasada prueba del Mundial de Rally, sólo confirmar al ganador, Sebastien Loeb.
Leyendo en distintas partes el desarrollo de la competencia, sólo un sitio dijo las cosas como son: En manos mediocres…matan el rally.
Lamentablemente, la llamada “estrategia” poco a poco van asesinando, si es que ya no falleció, lo que es el deporte propiamente tal.
Que gracia tiene correr a fondo durante un día, si al final del mismo presionan el freno para no tener que ser el primero en salir.
Cuando yo empecé a ver y seguir al rally propiamente tal, mediados del 2000, esta situación de las estrategias, que es en el fondo dejar pasar al resto, no pasaba, y los pilotos peleaban hasta el final por ser el primero, independiente de ser el primero en salir a ruta, ya que allí primaba el talento y el espíritu competitivo.
Desgraciadamente, la nueva generación, no comparte mucho, mejor dicho nada, de lo que fueron años anteriores.
He visto rallyes de muchos años atrás, donde todos se peleaban por ser los primeros, independiente del día de competencia, ya que era un honor para cualquier competidor.
Quien mejor para explicar esto, que el sitio ya linkeado: “Se nos ocurre que a pesar de las estadísticas, los grandes pilotos de la historia sumaban a su virtuosismo conductivo honor, orgullo y algunos otros atributos que hoy están perdidos como el rally mismo.
Ahora desde un ambiente acondicionado, cómodamente sentado, una caricatura de dirigente sin vergüenza deportiva, falsea a los ojos de la gente la evidente realidad. El problema es que ya lo deciden por pedido de esta generación de pilotos –que a pesar de los logros cuantitativos- no alcanzarán en la suma de victorias y títulos, compararse con quienes los precedieron, porque antes quien iba para atrás…compartía la vergüenza con el beneficiado.”
En consecuencia, el Rally de Jordania, el ganador fue Sebastien Loeb, gracias al desaparecido espíritu de competencia que se hizo, y que se ha hecho, evidente en las últimas pruebas.
“Cuándo alguien se pregunta porqué solo dos equipos oficiales sostienen al rally mundial por segundo año consecutivo, no duden en convencerse que es por una dirigencia imbécil, de dudosas calidades éticas y una carencia de fundamento y hombría que no puede ofrecer otra cosa.”
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