25 años después de una tragedia.

Un dos de mayo de 1986, en plena competencia del Tour de Córcega, ocurrido un accidente que marcó toda una generación y sobre todo a una categoría, la muerte de Henry Toivonen y Sergio Cresto.
Son pocos los antecedentes que expliquen la salida de pista del Lancia S4 del Grupo B que manejaba el piloto, acompañado por su navegante, se dice que su fuerte resfrío, previo a la prueba, lo obligaron a tomar medicamentos que tal vez le produjeron desconcentración o somnolencia al volante. También se especula que el acelerador se bloqueo o que la llovizna pudo jugar en contra.
Algunos dicen que las cosas venían mal de antes, el hecho de que Henry Toivonen confundió su auto con el de Markku Alen, anticipaba malos pasares. De hecho, hasta se señala que su co-piloto, Sergio Cresto, redactó a mano su testamento en el parque de servicio previo al accidente, sabiendo que no terminaría la temporada al lado del finlandés.
Lo cierto es que los grandes pilotos no se olvidan, menos cuando mueren en lo que más aman, correr.