domingo, 8 de marzo de 2009

Rally de Córcega 2003

Uno de los rallyes más emocionantes del último tiempo se vivió en Francia, en la isla de Córcega. A la prueba, número doce del calendario de ese año, Petter Solberg en Subaru, Sebastien Loeb en Citroen y Richard Burns en Peugeot llegaban como los principales candidatos al título del 2003, la batalla entre ellos tres se vio intensa durante todo el año, pero un resultado inesperado modificó todo casi cerrando la temporada.
En el shakedown, Petter Solberg chocaba fuertemente, dejando su Impeza WRC muy dañado, pero los mecánicos hicieron el milagro y lo repusieron casi en su totalidad para competir.
Sebastien Loeb había demostrado su gran capacidad en el asfalto durante el 2003, era por ello que llegaba como principal favorito a llevarse el Tour de Córcega.
Pero la lluvia se hizo presente y ello cambio todo el panorama, Sebastien Loeb abandonaba sorpresivamente, dejando la puerta abierta a que cualquiera ganara el rally.
Francois Duval de Ford, también demostraba su gran capacidad en el asfalto, pero no era suficiente para hacerse del liderato, ya que primero tenía que resistir los ataques de Carlos Sainz quien defendía los colores de Citroen, y a la vez superar a Petter Solberg, quien gracias a la lluvia se ponía como líder.
La expectación era tal en todos los equipos, que el mismísimo Luis Moya, jefe del equipo Subaru, espiaba la elección de neumáticos de la gente de Peugeot, para así mantener a Petter Solberg en la primera posición.
En el último día, la lluvia fue el principal actor, dejando en expectación de qué hacer a todos los participantes.
En la última especial del Tour de Córcega Petter Solberg lograba el milagro, tras un desastroso shakedown que casi lo deja sin competir, ganaba el rally y se afianzaba en la lucha por el título 2003.
A su vez, Carlos Sainz, superaba a Francois Duval, y se quedaba con el segundo puesto, lo que le sirvió colocarse como líder en el Campeonato de Pilotos 2003, y teniendo todo el favoritismo para obtenerlo, ya que la siguiente prueba fue Catalunya, su casa.

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